sábado, 31 de octubre de 2009

Aitor Curiel , Premio Jean Pinatel de Investigación 2009 que concede el Instituto Vasco de Criminología


Hoy estamos de enhorabuena, y es que AITOR CURIEL , colaborador y asesor cientifíco de nuestro blog, ha visto reconocido su magnífco trabajo al serle concedio el Premio de Investigación Jean Pinatel 2009 por el Instituto Vasco de Criminología .

El premio reconoce así un estudio sobre el otrograma o huella de la oreja como método de identificación en la investigación criminalística. Aitor recogió el premio ayer viernes en el acto de inaguración del curso 2009-2010.

Felicidades Aitor.

(EUROPA PRESS) -VALLADOLID, 31 Oct.

El doctor en medicina legal y forense, criminólogo y profesor de Universidad Camilo José Cela de Madrid, el vallisoletano Aitor Curiel López de Arcaute ha sido distinguido por el Instituto Vasco de Criminología con el 'Premio Jean Pinatel' de Investigación, en su edición de 2009, por sus trabajos relacionados con el otograma o huella de oreja y su validez científica y jurídica como método de identificación en la investigación criminalística.


El galardón concedido por dicha institución académica, con sede en San Sebastián, lleva el nombre de uno de los padres de la criminología y uno de los creadores de la Sociedad Internacional de Criminología y constituye uno de los más importantes reconocimientos en la materia en el panorama nacional.

El investigador, en declaraciones a Europa Press, acogió el premio como "un acicate" que viene a respaldar esta línea de investigación que aparece recogida en su tesis doctoral, la segunda elaborada en la materia en todo el mundo y la misma que este mismo año recibió un sobresaliente 'cum laude' por la Universidad Camilo José Cela de Madrid, donde Aitor Curiel ejerce como docente, al tiempo que subrayó que el galardón "supone elevar el trabajo del día a día del policía científico al nivel académico y de máximo rigor".

El trabajo premiado viene a demostrar la validez científica de la huella de oreja como método para el esclarecimiento de robos por parte de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, a idéntico nivel que la conseguida con las huellas dactilares, la odontología forense y la balística identificativa.

En él, Aitor Curiel realizó un estudio sobre dieciséis parejas de gemelos monocigóticos y comprobó las diferencias existentes entre sus huellas de oreja, incluso entre la izquierda y derecha de cada sujeto. Al empezarse a utilizar esta técnica en España desde el punto de vista empírico, con una primera identificación obtenida en Santander en el año 2000 por el investigador Guillermo Rosenwarne, el objetivo que se propuse el investigador vallisoletano fue realizar una fundamentación sobre la validez de la misma desde el punto de vista científico.

Además de conseguirlo, el autor de la tesis, que fue profesor de la Universidad de Valladolid por espacio de cuatro años y de la Universidad Europea Miguel de Cervantes durante otros tres, en los que impulsó el título de Criminología, se ha dirigido a la Real Academia de la Lengua para que reconozca el término 'otograma' para referirse a la huella de oreja y que el mismo sea incluido en su próximo diccionario.

PRIMERA SENTENCIA EN PALENCIA

El investigador, quien presentó recientemente candidatura a la dirección del Museo de la Ciencia de Valladolid, incidió en que el primer criminólogo en el mundo que utilizó la huella de oreja para resolver un robo--se obtiene cuando el delincuente apoya el pabellón auditivo en la puerta para saber si están los inquilinos--fue el suizo Hirschi en Berna, al que luego siguió en Holanda el agente Cornelius Wanderlugt, este último con más de doscientas identificaciones obtenidas.

En España, en la actualidad hay una docena de sentencias condenatorias basadas en la huella de oreja como método de identificación, la primera de ellas en Palencia y gracias al trabajo del que hoy es inspector jefe de la Brigada de Policía Científica de Valladolid, Miguel Ángel del Diego Ballesteros. En Valladolid también hay algún fallo condenatorio, como el caso de un robo cometido en una vivienda de la calle Perú.

Con el fin de establecer un patrón común a la hora de investigar la huella de oreja, la tesis doctoral de este vallisoletano incluye además propuestas para unificar los conceptos y la nomenclatura a utilizar, así como un protocolo de detección, almacenamiento, clasificación, comparación e identificación.

lunes, 26 de octubre de 2009

Homicidio Doloso y Homicidio Culposo. Distinción Grafonómica en la Escritura


Nuestro colega Rubén D. Avalos , miembro y colaborador de la AGC de España , ha participado como ponente en el XX CONGRESO NACIONAL DE CRIMINALÍSTICA ; y en el III CONGRESO INTERNACIONAL DE PERÍCIA CRIMINAL, celebrado en la primera semana de octubre en la ciudad de Joao Pessoa ( Estado de Paraíba, BRASIL).

Dicho evento ha sido organizado por la Asociación Brasilera de Criminalistica, con el apoyo del Ministerio de Justicia, de la Secretaría Nacional de Seguridad Pública y la Secretaría de Estado de Seguridad Pública del Brasil.

A continuación os mostramos su trabajo títulado "Homicidio Doloso y Homicidio Culposo. Distinción Grafonómica en la Escritura" expuesto en dicho seminario.



RESUMEN DEL TRABAJO

El presente trabajo de investigación se propuso averiguar las distinciones grafoescriturales existentes entre el autor de un homicidio doloso y el autor del homicidio culposo, para ello se realizó una investigación bibliográfica recopilativa a fin de fundamentar científicamente a la grafología en su aplicación al campo forense, y para discernir jurídicamente entre los tipos penales conocidos como: homicidio doloso, y como: homicidio culposo; se presentan dos casos reales, con los análisis grafonómicos correspondientes, a los efectos de distinguir las evidencias sutiles, y concluyentes que reflejan la escritura manuscrita a la luz de la grafología forense.

INTRODUCCIÓN

Cuando se encara la investigación científica de un hecho criminal, dentro del contexto del Estado de Derecho que impregna y permea el fundamento y la praxis jurídica en su totalidad, se torna imprescindible la rigurosidad y la objetividad del proceso investigativo en el marco de la construcción de la verdad jurídica. Ya que la configuración y la estructura del garantísmo asegura al encausado que si no existen elementos probatorios suficientes: imparciales, válidos y confiables, por más que el incriminado sea el autor real del hecho criminal, se le deberá indefectiblemente, restablecer su libertad y su reintegración comunitaria; y en algunos casos inclusive, resarcir los daños y perjuicios que el Poder Judicial le haya ocasionado.

En este contexto, el problema central que se plantea en el estrado judicial cuando se investiga un hecho de homicidio, consiste en que, sí no se evidencian de manera estricta y específica el dolo, por más que el imputado sea el autor del hecho, entonces se caratula judicialmente el hecho como homicidio culposo; lo cual es una aberración, considerado desde la concepción clásica y contemporánea de la justicia; pero que en la práctica se ajusta a derecho. Por otra parte sí el encausado es inimputable, entonces debe ser sometido a terapia y posteriormente ser reinsertado a la sociedad de la cual forma parte natural.

En suma, en este escenario judicial, que ha llevado su tiempo para la puesta en acción, y en donde son respetadas las garantías constitucionales del imputado, se torna ineludible la investigación científica del modo de realización del acto ilícito, del que se encarga la criminalística de campo; así como la naturaleza, las tendencias y predisposiciones dominantes del supuesto autor, proyectadas en el grafismo, del que se encarga la grafología forense. En lo referente a la grafología forense, que aborda el presente trabajo, se estudian dos casos reales, a fin de probar su validez, concretamente para discriminar los rasgos grafonómicos dominantes del autor de un homicidio doloso, comparado con el autor de un homicidio culposo. En donde se pretende esclarecer la conducta del supuesto autor, por tanto, si él ha tenido vínculo con el hecho criminal, y sí el grafismo analizado presenta rasgos que pudieren ser causas de exclusión de la responsabilidad penal, que puedan reconducirse sistemáticamente, al ámbito de la inimputabilidad.

DESARROLLO

1.- El Homicidio: la palabra homicidio: viene de la voz del latín "homo" hombre y "caedere" matar. (Miller, G. 1981: 193).

Es el acto por el cual una persona causa la muerte a otra persona. Se trata de una acción humana en donde es posible diferenciar dos implicados, por una parte el sujeto activo que es la persona que ocasiona el hecho y por la otra parte el sujeto pasivo quien es la persona cuya muerte ha sido
consumada.

2.- Causas del Homicidio: existen múltiples causales del homicidio, que se pueden agrupar en dos clasificaciones.

Accidental: cuando una persona, sin haberse propuesto, ocasionó la muerte a otra persona.

Intencional: es más complicado que la clasificación anterior (la accidental); por el motivo de que posee más requisitos desde la perspectiva jurídica y más ingrediente desde el punto de vista de la investigación criminal. Pero en suma, se trata del hecho consumado en donde el homicida quiso causar, causó y se benefició de manera concreta con la muerte de otra persona.

3.- Consecuencias del Homicidio: cuando se incurre en el hecho punible, considerado homicidio, se transgrede una de las Garantías Constitucionales más importantes en todos los Ordenamientos Jurídicos de la Comunidad Internacional. Se trata del Derecho a la Vida. Lo cual a su vez, necesariamente orientará a la investigación criminal.

4.- Tipos de Homicidio: para encarar este apartado, se recurre a la terminología jurídica denominada "tipo", que refiere a que: el hecho consumado debe encuadrar con una de las conductas descriptas en la Legislación Penal de manera estricta y específica.

5.- El Homicidio Doloso: desde la perspectiva de la política criminal, se considera homicidio doloso cuando: "El factor intencional o subjetivo del delito, lo constituye el dolo específico de causar la muerte a un semejante y el objetivo, la consecuencia necesaria del acto jurídico de la destrucción de una vida".(Miller, G. 1981: 194).

En el homicidio doloso intervienen fases tales como la ideación, la planeación y la ejecución propiamente dicha del acto criminal. Y de hecho el homicida, debe ser una persona reprochable en término jurídico.

"El homicidio intencional, voluntario o de propósito -de las tres maneras se le enomina - es la supresión injusta de una vida humana, con intención de matar o "animus necandi", mediando un nexo de causalidad entre la acción y el resultado y puede consumarse por acción u omisión y por medios físicos o morales; según algunos autores como Carrara, Pessina, Impallomeni y sólo por los medios físicos, según otros como Garófalo, Cuelo Calón, Irureta Goyena".(Miller, G. 1981: 193).

6.- El Homicidio Culposo: se denomina así, a la:"categoría de homicidio que se caracteriza por la ausencia total de propósito de matar, aunque el resultado sea como lo es, la muerte. El elemento moral o subjetivo del delito se encuentra en cualquiera de las modalidades de la culpa, bien sea la negligencia o el descuido, que son especies de imprevisión activa, lo que patentiza la falta de voluntad del agente para producir el daño, pero al mismo tiempo, la carencia de un sentido que impide ejecutar el acto previsible o previsto, con errónea o temeraria creencia de poder evitarlo, dentro del común discurrir de los acontecimientos humanos. El delito está previsto concretamente, dentro de las normaciones legales que admiten el fenómeno de la culpa y su penalidad es bastante reducida en comparación con el delito intencional".
(Miller, G. 1981: 196).

En el homicidio culposo, puede incurrirse por una acción del despliegue de energía física, como por una omisión. Técnicamente se requiere la trasgresión objetiva del deber de cuidado, sin el cual no puede existir responsabilidad jurídica.


7.- La Grafología: es una disciplina cuyo antecedente, técnicamente, se remonta a la obra de Juan de Dios Huarte, médico y filósofo español, quien publicó en 1566, titulada Examen de ingenios para las ciencias. Montoya. Baeza. España.

La grafología, así como otros cuerpos de conocimientos ordenados ysistematizados, desde esa fecha ha ido madurando, hasta convertirse hoy endía en una herramienta confiable para la elaboración de perfiles criminales.

8.- La Grafología como ciencia: se trata sin lugar a dudas de una ciencia, por las siguientes razones:

Posee un objeto de estudio: que es la escritura manuscrita.

Ordena y sistematiza su contenido: referido al conocimiento del hombre.

Posee metodologías y técnicas propias: que evidencian la presencia o ausencia de trastornos psicología), de patología (psiquiatría), de enfermedades físicas (medicina), de la descripción de ciertas conductas (criminalística), etc.

9.- La Grafología como test proyectivo: por algunos autores destacados como José Javier Simón, grafólogo español, la grafología es considerada como un test proyectivo, al respecto sostiene:"cuando estamos escribiendo a mano, querramos o no, estamos proyectando nuestra personalidad sobre el papel". (Simón, J. 2006: 16).

10.- La Grafología en la investigación criminal: la rama de la grafología especializada y aplicada en el marco de las Ciencias Forenses, ha avanzado así como las demás disciplinas aplicada en el área de la criminalística, en tal sentido en la actualidad se han llevada a cabo experiencias en las Universidades, entre las de habla Hispana, se pueden destacar: La Universidad Autónoma de Barcelona, la Pontificia Universidad Católica de Buenos Aires, y las Universidades de Antioquía, Medellín y Autónoma de Bucaramanga de Colombia, y otros tantos más, al respecto se puede puntualizar que: "la Grafología Criminal está en auge, sobre todo dentro de las unidades policiales de élite y divisiones de policía científica, en la orientaciones de las investigaciones de los oportunos grupos operativos, tradición heredada de los servicios de inteligencia militar".(Viñals F. y M. Puente: 2009: 3).

11.- Aporte de Cesare Lombroso: en el año 1895 escribió un libro de grafología en que estudiaba la escritura y firma de los delincuentes. Según sus estudios:"la escritura de los delincuentes era una letra dura, grosera, con unas letras "t" desproporcionadas, con desarrollo de la letra "r" y del trazo vertical.

Fue el primero en advertir que en algunas ocasiones la forma de la escritura del criminal, adopta la de un cuchillo o tijeras, principalmente en las rúbricas". (Sociedad Española de Criminología y Ciencias Forenses - Escuela de Criminología de Cataluña, 2000: 15).

12.- Aporte de Ludwig Klages: filósofo, químico y grafólogo alemán. Se recurre al famoso enunciado que hizo con respecto al valor jurídico de la escritura manuscrita, más específicamente de la firma, al respecto afirma que:

"Basta comprobar que, incuestionablemente, en cualquier caso, para determinar la identidad de una persona la firma autógrafa tiene tanto valor jurídico como el color de los ojos, la forma del cráneo, las impresiones digitales, etc."(Klages, L. 1972: 13).

13.- Aporte de Roda Wieser: (1894 - 1986). Nació en Munich Desde 1929 comenzó su actividad científica en las investigaciones criminales, como asistente extraordinaria del Instituto Criminológico de la Universidad deViene. Propuso el concepto de "ritmo de base", que se materializa al afectara la elasticidad de la onda gráfica, usualmente en la zona media de laescritura manuscrita."las escrituras de los criminales tienen un elemento en común: la noelasticidad del trazado".(Wiesser cit. In Masuello A. 1998: 44).

14.- Aporte de Pedro José Foglia: fundó en 1981 el Colegio de Graduados en Grafología de la Argentina, con otras personalidades como la escribana Elvira Bernales y el reconocido Dr. Amadeo Ballandras. Es una de la mayores autoridades del paradigma grafológica aplicada al ámbito Forense. Basado en sus investigaciones, reconocidas seguidas muy de cerca en Europa. (Italia, España e Inglaterra), propone que dentro de los movimientos angulosos, lamaza está asociada a la carga de tensión, y acompañados de otros signos agresivos puede tratarse de personalidades criminales.

15.- Aporte de Luis Velásquez Posada: apunta en su obra Falsedad Documental y Laboratorio Forense, página 786, que: "Aún cuando la jurisprudencia no ha asignado a la prueba pericial de grafólogos el valor de plena o completa, sí le da el de prueba indicial que unida a otra u otras constituye la plena prueba para decidir el litigio".

16.- Aportes de José Del Pichia et al.: apunta en su obra Tratado de Documentoscopía, página 389-390, que se denominan grafismos patológicos a las: "escrituras que presentan disturbios provocados por un estado mórbido de cualquier naturaleza. Es el vasto campo de la grafopatología o patología grafica, hoy transformado en verdadera especialización".

17.- Aportes de F. Viñals y M. Puente: apuntan en su obra Grafología Criminal, página 118-119, que se denominan grafismos patológicos a las: "Desde el punto de vista estrictamente judicial, las técnicas de la Grafología Forense o Judicial orientan en el estudio de la personalidad a los planteamientos o cuestiones objetivas y concretas formuladas por el juzgador a fin de que ésta pueda tomar la decisión más oportuna respecto a derechos u obligaciones por el grado de responsabilidad que pueda deducirse del estado psicofísico del analizado, tendiendo en cuenta que el perito deberá recabar la suficiente información y material gráfico para obtener la necesaria fiabilidad en los resultados (comparación de diversos escritos de tiempos y circunstancias distintas, datos relativos al analizado: edad, sexo, nivel cultural, circunstancias familiares y sociales, etc)".


18.- Aportes de Marie - Jeane Sedeyn: apunta en su obra Introducción a la Investigación Objetiva de los manuscritos, página 167, una premisa ineludible para elaborar el perfil del escribiente: "Únicamente después de efectuado un examen completo y correcto de cada escritura uno puede extraer, basado en por lo menos cincuenta especimenes, varias características particulares de escrituras que puedan corresponder al grupo que pertenezcan los diferentes escritores".

19.- Aporte de Oscar Venturini: apunta en su obra Pericia Caligráfica, página 19, una premisa ineludible para elaborar el perfil del escribiente: "la escritura se produce por una continua sucesión de pequeños gestos que se materializan en signos que entre sí tienen una relación de solidaridad dinámica, por eso la escritura misma no puede considerarse como un producto estático, sino más bien como algo vivo que se desnuda ante los ojos de quien la examina asumiendo por tanto, una forma de proceder característica y personal".

20.- El concepto de escribiente: el escribiente es el sujeto de toda una carga psicofísica, así como del sustrato historial - personal. Ejecuta el trazado del gesto gráfico en donde proyecta su contenido conciente y inconsciente. Partiendo del principio de identidad se puede afirmar que el escribiente es único e irrepetible así como su escritura manuscrita.

21.- El grafismo como prolongación de la mente del escribiente: el grafismo es la materialización de la forma que adopta el contenido mental de la persona que escribe, así la onda gráfica refleja la configuración moral, social, histórica, o más específicamente evidencia alguna patología física o psicológica, al respecto uno de los científicos más riguroso ha manifestado al respecto: "Mediante la pluma, prolongación de la mente y órgano ejecutor de la voluntad reflexiva, el hombre proyecta gráficamente sus sentimientos, emociones e ideas sobre el papel. Pero al mismo tiempo, y sin percatarse de ello, libera una especie de lastre psíquico emocional inconsciente". (Honrot, C. 1962: 97).



BIBLIOGRAFÍA

Foglia, Pedro José, (2003). Grafología Forense. Lugar Editorial. Buenos Aires. Argentina.

Del Picchia, José, et al. (2006). Tratado de Documetoscopía. Ediciones la Rocca. Buenos Aires. Argentina.

Honroth, Curt. (1962). Grafología Emocional Objetiva. Troquel. Buenos Aires. Argentina.

Klages, Ludwig. (1972). Escritura y Carácter. Paidós. Buenos Aires. Argentina.

Masuello, Adriana (1998). Grafoanalizando. Phoenix. USA.

Miller, Gill. (1981). Diccionario Jurídica Penal. Ediciones Librería del Profesional. Bogotá. Colombia.

Sedeyn, Marie - Jeanne, (2003). Introducción a la Investigación Objetiva de los Manuscritos. Ediciones la Rocca. Buenos Aires. Argentina.

Simón, José Javier.( 2006). Grafología Fácil. Edaf. Madrid. España.

Sociedad Española de Criminología y Ciencias Forenses - Escuela de Criminología de Cataluña. (2000). La Obra de Lombroso. España.

Velásquez Posada, Luis. (2004). Falsedad Documental y Laboratorio Forense. Ediciones La Rocca. Buenos Aires. Argentina.

Venturini, Oscar, (2005). Pericia Caligráfica Grafológica. Instituto EOS y Ediciones Xandró. Madrid. España.

Viñals Francisco y Marluz Puente. (2009). Grafología Criminal. Herder. Barcelona. España.







Autor : RUBÉN DARIO AVALOS GÓMEZ.

Doctor y Master en Ciencias de la Educación. Especialista en Derecho Penal. Diplomado en Criminalistica Forense y con Matricula de la CSJ. Ha realizado estudios de Grafología en el Instituto Universitario Emerson, de Buenos Aires, Argentina; y estudios de Grafología Forense en la Pontificia Universidad Católica Argentina, Santa María de los Buenos Aires, Facultad de Psicología y Educación. Departamento de Psicopedagogía. Buenos Aires, Argentina. Miembro de la prestigiosa entidad europea, AGC, con Sede en Barcelona, España. Es Docente Universitario. Ejerce la Profesión Forense en el ámbito de la Pericia Caligráfica Judicial. Ha presentado numerosas ponencias en eventos internacionales, sobre temáticas forenses, jurídicas y problemáticas sociales.


Nuestro agradecimiento a Rubén por su estimable colaboración

miércoles, 21 de octubre de 2009

La Antropología Forense en España desde la perspectiva de la medicina forense


Autor
: J.L. Prieto
Médico Forense. Especialista en Antropología y Odontología Forense. Profesor Asociado de la Escuela de Medicina Legal de Madrid.


RESUMEN

La Antropología forense se ha desarrollado en el mundo de forma diferente en respuesta a criterios específicos de cada país, especialmente en función de consideraciones históricas relativas al enfoque de las investigaciones forenses, su organización profesional, el papel que el antropólogo forense juega en ellas y los sistemas de formación existentes.

En España, los problemas asociados a la identificación en el ámbito legal han estado invariablemente asociados a la Medicina legal y Forense cuyo origen, en su etapa moderna, coincide con el de la propia Antropología, en la que médicos y naturalistas han tenido un impacto significativo.

A pesar del camino recorrido, la Antropología forense es una disciplina en desarrollo en España, como se evidencia por el incremento de la demanda formativa y de los textos y artículos publicados, cada vez con mayor frecuencia en los últimos años.

Palabras clave: Antropología forense, Historia, España, Medicina legal, Medicina forense.

Introducción

La Antropología forense se ha desarrollado en el mundo de forma diferente en respuesta a criterios específicos de cada país, especialmente en función de consideraciones históricas relativas al enfoque de las investigaciones forenses, su organización profesional, el papel que el antropólogo forense juega en ellas y los sistemas de formación existentes (Baccino y cols. 2004; Brickley y Ferlini 2006; Gulec e Iscan 1994; Iscan 1998; 2001; Iscan y Quatrehomme 1999; Iscan y Olivera 2000; Rodríguez 2004; Sanabria 2004; Schiwy-Bochat y cols. 2004; Ubelaker 1996).

En algunos países, particularmente en los Estados Unidos y bajo su influjo en la mayoría de países de América Latina, la Antropología forense se ha desarrollado desde el concepto de las denominadas "Ciencias forenses", como una subdisciplina de la Antropología física aplicada a la resolución de casos criminales y se practica por antropólogos especializados en Antropología física, o bioantropólogos, con formación en el campo forense. Sus investigaciones y técnicas se aplican con el objetivo de proporcionar datos para la identificación de los restos humanos tales como el sexo, la edad, el origen ancestral o la estatura, es decir, el conjunto de datos que configuran el denominado "perfil biológico" del individuo (Hunter 1996; Krogman e Iscan 1986; Stewart 1979; Ubelaker 1999).


En contraste a este modelo, en los países europeos, especialmente aquéllos de raíz latina, lo que actualmente denominamos como Antropología forense ha estado ligado desde sus inicios a la Medicina forense, desarrollándose en la práctica como una especialidad de esta disciplina, siendo por esta razón más frecuente que la Antropología forense sea practicada por médicos legistas o forenses con formación específica en antropología física (Baccino y cols. 2004; Gulec e Işcan 1994; Işcan y Quatrehomme 1999; Prieto 2006).

Raíces históricas: antropología y medicina legal en España

Período Clásico.-

En España, los problemas asociados a la identificación en el ámbito legal han estado siempre asociados a la Medicina Legal y Forense (Etxeberría 2004; Prieto 2001; Reverte 1991; Sánchez 1996), siendo uno de los temas abordados en los textos clásicos de la especialidad (Aznar y Maestre 1945; Ballesteros 1913; Barahona 1908; Gisbert Calabuig 1985; Lecha Martínez 1894; López Gómez y Gisbert Calabuig 1967; Mata 1874; Peiró y Rodrigo 1844; Piga 1928; Royo-Villanova 1952).

Las raíces históricas de la Antropología forense se remontan a mediados del siglo XIX, bajo la influencia de dos principales eventos: (1) la constitución de la Société danthropologie du Paris, por el Professor Paul Broca y (2) el desarrollo de la moderna Medicina legal, muy influenciada por la Antropología. Médicos y naturalistas han tenido un impacto significativo en el desarrollo de la Antropología en España. Una de sus principales figuras fue el Dr. Pedro González de Velasco, anatomista fundador de la Sociedad Antropológica Española en 1865 y del Museo Antropológico de Madrid en 1875, fechas en la que tienen su aparición las primeras publicaciones sobre Antropología, tales como la Revista de Antropología en 1874 y Antropología Moderna en 1883 (Reverte 1991).

En 1883, se crearon las secciones de Antropología y Etnografía del Museo de Antropología, a lo que siguió en 1892 la designación del profesor Manuel Antón y Ferrandis como primer catedrático de Antropología de la Facultad de Ciencias de la Universidad Central de Madrid. En 1910 Ferrandis fue nombrado primer director del Museo de Antropología, Etnografía y Prehistoria. Otros eventos significativos fueron la publicación en 1883 del Índice Cefálico en España por el Dr. Federico Olóriz Aguilera, catedrático de Anatomía de la Universidad de Madrid (Olóriz 1894) y la creación del Museo Craneológico que llegó a reunir un total de 2500 cráneos, 2220 de ellos correspondientes a individuos identificados (Gómez Ocaña 1913). Otras importantes investigaciones realizadas por Olóriz incluyen su publicación sobre la estatura en España (Olóriz 1886). Desgraciadamente, la falta de colaboración para la recopilación de datos de algunas regiones españolas motivó el abandono de Olóriz de dicho proyecto. Su interés en las técnicas de identificación se volcó entonces en las huellas dactilares, de las que es uno de los fundadores, debiéndose a él el desarrollo del denominado "sistema monodactilar" o "español" (Olóriz 1908, 1909, 1910, 1911).

De finales del siglo XIX y comienzos del XX destacan las publicaciones de otros ilustres fundadores de la Antropología española, como Telésforo de Aranzadi, catedrático de Antropología de la Universidad de Barcelona y Luis de Hoyos Sáinz, profesor de Fisiología y de la Escuela Superior de Magisterio de Madrid (Aranzadi y Hoyos Sáinz 1917; Hoyos Sáinz y Aranzadi 1913; Hoyos Sáinz 1893, 1939).

En el mismo periodo la Antropología juega un papel protagonista en tres áreas de la Medicina legal: (1) el análisis de la relación entre los rasgos físicos y la conducta criminal, la denominada Antropología criminal, (2) el establecimiento de la identidad de individuos vivos (especialmente delincuentes) con el propósito de facilitar las identificaciones policiales, a través de la Somatometría o Antropología Judicial y (3) el establecimiento de la identidad de un cadáver, particularmente en el caso de restos humanos, cadáveres mutilados, quemados y/o esqueletizados, en los que se hace necesario establecer el perfil biológico (sexo, edad, estatura, etc).

La Antropología Criminal se hizo famosa gracias a los trabajos de César Lombroso, quien consideraba a los delincuentes una subespecie anormal de la raza humana. Para Lombroso, el criminal desarrolla una conducta innata que representa una regresión a estados evolutivos previos y que se puede reconocer por una serie de estigmas o anomalías tales como la asimetría craneal o facial, una frente corta, arcos superciliares prominentes, prognatismo mandibular, una implantación irregular del pelo y los dientes y lo que él considera la característica más atávica de los criminales, un hoyuelo en mitad del occipital. Desde el punto de vista psicológico, predominan los instintos primitivos con una incapacidad congénita para resistir las fuerzas del mal (Lombroso 1897). En España, uno de sus representantes más destacados es Rafael Salillas (Salillas 1888, 1908). Otros famosos psiquiatras de la época también incorporaron las teorías antropológicas en sus intervenciones en los tribunales. Los doctores Ángel Pulido Fernández, José María Esquerdo Zaragoza, Luis Simarro Lacabra y Jaime Vera López, actuaron con frecuencia en procesos judiciales realizando evaluaciones científicas de comportamientos criminales (Fernández 1991).

El método antropométrico, presentado por Alphonse Bertillon en el Congreso Médico de Roma de 1882 (Barahona 1908), tenía como meta la identificación de criminales reincidentes tomando como base la casi absoluta invariabilidad del esqueleto humano adulto, la variabilidad inter-individual de las medidas esqueléticas y su simplicidad y precisión en sujetos vivos, proporcionando una clasificación práctica, sencilla y exacta. Este método fue rápidamente adoptado por España, contribuyendo a su difusión los trabajos de antropólogos físicos españoles tales como Álvarez Taladriz, García Plaza, Alonso y Aranzadi (Lecha Martínez 1912). El ulterior descubrimiento de las huellas dactilares, a partir de los trabajos de Vucetich y especialmente de Olóriz en España, supuso el fin de las técnicas de identificación antropométrica de Bertillon. Sin embargo, las técnicas somatométricas han regresado de nuevo en los casos de identificación de delincuentes a través de imágenes obtenidas por videocámaras (Ventura y cols. 2004; Porter y Doran 2000).

Una figura trascendental de la Medicina legal en España es el Dr. Pedro Mata Fontanet. En 1843 se crea la primera cátedra de Medicina legal en la Universidad de Madrid, al frente de la cual se nombra al Dr. Mata. A él le debemos la creación en 1862 de un cuerpo de médicos del Estado dependientes del Ministerio de Justicia, al servicio de Juzgados y Tribunales, que será denominado Cuerpo Nacional de Médicos Forenses, cuyo título y funciones se encuentran reconocidas oficialmente en la Ley de Enjuiciamiento Criminal de 1882. En este contexto, la Antropología es reconocida como una materia principal de la Medicina forense. Del primer programa oficial de oposiciones para acceso al Cuerpo, del año 1915, 28 temas corresponden a los capítulos de antropometría, craneometría y características esqueléticas relativas al sexo y edad, o el desarrollo dental (Vibert 1916). El trabajo de antropólogos españoles como los anteriormente mencionados Olóriz o Aranzadi son citados en los textos de Medicina legal de la época (Barahona 1908; Lecha Marzo 1917; Piga 1928) describiéndose en los mismos las técnicas antropológicas de identificación del cadáver. En ellos encontramos referencias y descripciones antropométricas referentes al diagnóstico de la estatura (tablas de Orfila, Rollet o Manouvrier); sexo; edad (puntos de osificación, cierre de suturas, osificación laríngea, estado de los dientes) (Barahona 1908; Lecha Martínez 1912; Peiró y Rodrigo 1841; Piga 1928); marcas particulares (fracturas antiguas, modificaciones ocupacionales) así como al uso de los rayos X (Barahona 1908) y al análisis dental (Piga 1928). Algunos autores como Lecha Marzo (1917) recogen la importancia del análisis microscópico del hueso en la estimación de la edad y de la data de la muerte, a partir de estudios previos desarrollados por Tirelli. Los textos de Maestre (Ballesteros 1913) primer director del Instituto de Medicina Legal, Toxicología y Psiquiatría de España, creado en 1914 o Piga (1928, 1935) sucesor de Maestre en la Cátedra de Medicina Legal de Madrid, son particularmente minuciosos al abordar las cuestiones relativas a la identificación del cadáver y, aunque en su mayoría presentan los datos de trabajos desarrollados por otros autores, aportan valiosos testimonios de su experiencia personal.

El periodo comprendido entre la segunda mitad del siglo XIX y la Guerra Civil Española (1936-1939) es conocido como la "Edad de Plata" de la cultura y la ciencia españolas. En esta época, instituciones como el Ateneo de Madrid y particularmente la Institución Libre de Enseñanza, disfrutan de gran influencia en los ámbitos cultural y científico.

La Institución Libre de Enseñanza se funda en 1876 por un grupo de profesores universitarios (Francisco Giner de los Ríos, Gumersindo de Azcárate y Nicolás Salmerón), apartados de la universidad en defensa de la libertad de cátedra. Esta institución, con la que colaboraron la mayor parte de los más prestigiosos científicos españoles del momento, marcó un periodo significativo del desarrollo de la cultura científica española. Uno de sus principales logros fue la creación de la Junta para Ampliación de Estudios, que estuvo a cargo de la creación del Instituto Nacional de Ciencias Físico-Naturales al que incorporó el Museo de Antropología (al frente del cual estaba Manuel Antón y Ferrándiz). El principal propósito de este museo fue introducir en España las teorías pedagógicas y científicas que se estaban desarrollando internacionalmente. Desgraciadamente, la Guerra Civil provocó la destrucción de esta institución y con ello, el incipiente sistema científico que había comenzado en España (Otero Carvajal 2001).

Período Moderno.-

Mientras que la Antropología forense se desarrollaba rápidamente fuera de España, especialmente en los Estado Unidos, tras la Segunda Guerra Mundial, bajo el impulso de los Drs. Alex Hrdliča, Wilton Marion Krogman Ellis R. Kerley y T.D. Stewart, en nuestro país los avances eran relativamente escasos. Cabe resaltar en este periodo las investigaciones sobre restos esqueléticos con fines forenses, llevadas a cabo por el Dr. Blas Aznar, impulsor de la Criminalística en España (Aznar 1931) y el ya mencionado Tomás Maestre (Aznar y Maestre 1945). Los tratados de reputados autores como los Drs. Royo-Villanova (Royo-Villanova 1952), Lopez Gómez (1967) y Gisbert Calabuig (1985) y los trabajos científicos referentes al estudio de restos humanos, continuaron durante décadas haciendo exclusiva referencia a los textos y autores más clásicos de la disciplina y a conocimientos desactualizados (Martínez Estrada, 1951,1952; Muñoz Tuero y de Portugal Álvarez, 1966; Muñoz Tuero, Moya Pueyo y Villalaín Blanco, 1972; Muñoz Tuero y Díaz Domínguez, 1981; Pérez de Petinto, 1952, 1980; Romero Palanco 1980; Serrano Cepedano, 1982; Villalaín Blanco y Buján Varela 1981; Villalaín Blanco y Ramos Almazán 1981).

A principios de los años 80 comienza un nuevo periodo para la Antropología forense española, cuyo punto de referencia es la creación del Laboratorio de Antropología Forense y Paleopatología de la Escuela de Medicina Legal de Madrid, a cargo del Prof. José Manuel Reverte Coma (Reverte 1997). Con sus luces y sus sombras, el profesor Reverte fue responsable de crear un grupo, principalmente formado por médicos legistas o forenses, interesado en la disciplina. A través de la publicación de su libro Antropología Forense (Reverte Coma 1991), el primero en España sobre la materia, las técnicas y conocimientos desarrollados por la Antropología forense norteamericana se difunden en nuestro país. Este resurgimiento renovado de las técnicas de estudio de restos humanos, bajo la denominación de Antropología forense, coincide con varios acontecimientos substanciales que van a marcar en el futuro el rumbo de la Antropología forense en España. Principalmente la fundación en el año 1986 de la Asociación Española de Paleopatología y, muy especialmente, el comienzo de la idea de modernización de la Medicina legal en España, con la reimplantación en 1984 de la Especialidad de Medicina Legal y Forense (en cuyo programa de formación se incluye la Antropología forense) y la publicación en el año 1985 de la Ley Orgánica del Poder Judicial que desarrolla la figura de los Institutos de Medicina Legal. De esta forma, la Antropología forense se incorpora en nuestro país al curriculum de Medicina legal y comienza a aplicarse, en su concepción moderna, en la práctica médico forense cotidiana.

En el año 1985, la legislación reconoce, en la mencionada Ley Orgánica del Poder Judicial, la necesidad de transformar el sistema organizativo de la Medicina forense en España, a través del desarrollo de los denominados Institutos de Medicina Legal. Los Institutos nacen con el ánimo de promover la modernización de la Medicina forense, fomentando el trabajo en equipo y la especialización, en centros equipados adecuadamente.

Durante 15 años, el Instituto Anatómico Forense de Madrid, dirigido por el Dr. José María Abenza Rojo, trabajó en el desarrollo del embrión que debería llegar a ser una parte importante del futuro Instituto de Medicina Legal, llevándose a cabo en este periodo la creación y consolidación de servicios de Anatomía Patológica, Toxicología, Radiología y Antropología y Odontología forenses, constituyendo éste último el primer laboratorio de su especialidad creado (en el año 1992) en el seno del Cuerpo Nacional de Médicos Forenses. Esta estructura se plasmó en el Reglamento del Instituto de Medicina Legal de Madrid, publicado en el año 2006 (Decreto 37/2006, de 4 de mayo, por el que se crea el Instituto de Medicina Legal de la Comunidad de Madrid y se aprueba su Reglamento. BOCM nº 109, de 9 de mayo) en el que se contempla una Sección de Antropología y Odontología Forense, encuadrada en el Servicio de Patología, encargada de: "la identificación de sujetos vivos y cadáveres, así como el estudio de los restos humanos para su identificación y el establecimiento de la causa y circunstancias de la muerte".

Desgraciadamente, diversas circunstancias que no han de ser motivo de análisis en este trabajo, entre ellas la aún pendiente puesta en marcha del Instituto de Medicina Legal (único que no ha sido creado en España) desembocaron en el año 2008, en el cierre de dicho laboratorio que me honro en haber desarrollado y dirigido.

El Ministerio de Educación y Ciencia, siguiendo la denominación internacional de la UNESCO, considera la "Antropología Forense" como una subdisciplina (2402.03) de la "Antropología Física" (2402) encuadrada en el campo de las Ciencias de la Vida (24). Como se ha remarcado anteriormente, los problemas de identificación de sujetos vivos y cadáveres en la esfera legal en nuestro país, se han asociado siempre a la Medicina legal y forense (Etxeberría 2004; Prieto 2001; Reverte 1991; Sánchez 1996) de forma que, en la práctica, la Antropología forense constituye una auténtica especialidad de la Medicina legal y forense cuyo propósito es el estudio médico legal, en especial de los restos humanos, para su identificación y el establecimiento de la causa y circunstancias de la muerte (Prieto 2001). Estos dos últimos elementos son fundamentales en la resolución de cualquier caso de muerte en un contexto judicial y constituyen objetivos indiscutibles de cualquier autopsia médico legal (como estipula la Ley de Enjuiciamiento Criminal) cualquiera que sea la condición en que se encuentra el cuerpo o su estado de conservación. En este sentido, la Unión Europea, en la Recomendación 99(3) del Consejo de Ministros de los Estados Miembros para la Armonización de las Autopsias Médico Legales (1999) establece en los Principios y Reglas de los procedimientos de autopsia médico-legal, que éstas "deben ser practicadas en todos los casos evidentes o sospechosos de muerte no natural" y, en particular, "en los casos de cuerpos no identificados o esqueletizados", consideración sobre la que abunda el Manual de las Naciones Unidas sobre la Prevención e Investigación Eficaces de las Ejecuciones Extralegales, Arbitrarias o Sumarias, o Protocolo Minnesota (1991).

En este contexto, cabe resaltar el hecho de que el experto en Antropología forense juega cada día un papel más relevante en el estudio de cadáveres frescos sometidos a autopsias convencionales, contribuyendo al diagnóstico de la causa y especialmente de las circunstancias de la muerte, complementando el trabajo del médico o patólogo forense. Nuestro trabajo es especialmente útil a la hora de proporcionar datos adicionales sobre las características de lesiones (traumatismos contusos, lesiones por arma blanca y de fuego) y los objetos responsables de las mismas, cuando éstas afectan a estructuras óseas. Un antropólogo forense que trabaja en los centros en los que se practican diariamente las autopsias de cadáveres judiciales (Institutos de Medicina Legal) adquiere una experiencia inestimable a la hora de aplicar sus conocimientos en el diagnóstico de lesiones sobre restos esqueléticos y aporta una perspectiva diferente a la de los médicos o patólogos forenses sin formación específica en el análisis de las estructuras óseas. Por otra parte, la necesaria vinculación de estos centros a la Universidad ha de facilitar que la práctica, la docencia y la investigación vayan definitivamente de la mano.

Los principales centros que cuentan en la actualidad con laboratorios de Antropología forense al servicio de la Administración de Justicia son los siguientes:

- Institutos de Medicina Legal (Cataluña y Galicia).
- Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses (Departamento de Madrid).
- Departamentos Universitarios, principalmente de Medicina legal (Madrid, País Vasco, Valencia, Alicante y Granada).
- Áreas de Policía Científica de los Cuerpos Nacionales de Policía (Policía Nacional y Guardia Civil).

Aunque no existen estadísticas que permitan conocer el número total de casos forenses (judiciales) investigados anualmente por estos laboratorios, un cálculo aproximado sitúa esta cifra en unos 200 (dato derivado de una pequeña encuesta personal llevada a cabo hace dos años). Esta cantidad es a todas luces muy inferior al número de casos que objetivamente requerirían un estudio antropológico, coincidiendo con lo observado en otros países (Cattaneo y Baccino 2002). Sirva como ejemplo el caso del laboratorio del Instituto Anatómico Forense de Madrid. De una media anual en torno a los 2500 cadáveres, la demanda de estudios antropológicos para Madrid (el laboratorio daba cobertura a Juzgados de toda España) oscilaba entre los 35 y los 40 casos. El desarrollo de la especialidad en los Institutos de Medicina Legal debería facilitar una actuación protocolizada, con criterios de estudio más objetivos y homogéneos, evitando los actuales criterios puramente discrecionales por parte del médico forense a cargo de la autopsia.


Enseñanza Formación Universitaria.- ESTUDIOS DE PREGRADO.

En la licenciatura de Medicina, algunos temas de la asignatura de Medicina Legal incorporan conceptos relacionados con la Antropología forense, especialmente en relación al estudio de cuerpos carbonizados, las técnicas de identificación, descomposición cadavérica y actuación en desastres.

La universidad del País Vasco en su programa de pregrado incluye una asignatura opcional denominada "Identidad e Identificación Antropológica". Por su parte, la Universidad de Navarra incluye de forma específica la Antropología forense como parte de su lista de asignaturas y la Universidad de Alicante bajo el epígrafe de Antropología Criminológica.

ESTUDIOS DE POSTGRADO

Especialidad de Medicina Legal y Forense

La Antropología forense se encuentra desarrollada dentro del área de Criminología en relación a los aspectos de identificación.
Doctorado

El único curso específico de Medicina Legal y Forense es el ofertado por la Universidad Complutense de Madrid (Departamento de Toxicología y Legislación Sanitaria). Este curso incluye la Antropología forense en su parte teórica y como materia de investigación para tesis doctorales.

La Universidad Miguel Hernández de Alicante incluye la asignatura denominada Antropología forense, policía científica y dactiloscopia en su curso de doctorado en Medicina Legal.

Otras facultades de Medicina y Ciencias Biológicas ofrecen cursos de doctorado que incluyen temas más o menos relacionados con la Antropología forense.

Cursos Específicos sobre Antropología Forense

• Cursos Básicos de Antropología Forense:

Hoy en día hay una amplia oferta de cursos en las universidades españolas. La Universidad Complutense de Madrid imparte, una vez por año, un curso básico (virtual) de 60 horas lectivas, dirigido a licenciados en Medicina, Derecho, Periodismo, Historia y Arqueología, Biología, Ciencias de la Salud y Criminología, entre otros.

Otras universidades, como la Autónoma de Barcelona, La Universidad Miguel Hernández de Alicante, la Universidad de Granada y el Instituto Canario de Bioantropología y Paleopatología de la Universidad de la Laguna, organizan cursos específicos con mayor o menor regularidad o incluyen temas relacionados con la Antropología forense en cursos de Paleopatología.

• Cursos Master y de Especialidad:

Desde 1997, la Escuela de Medicina Legal de Madrid ofrece una especialidad de Antropología forense de 300 horas lectivas, desarrolladas a lo largo de un año académico, dirigido a licenciados con al menos cuatro años de experiencia en el campo.
En el año 2003, la Universidad de Granada inauguró dos cursos virtuales: el Curso de Especialización en Técnicas Antropológicas de Identificación Humana de 70 horas lectivas y el Master Virtual en Antropología Forense y Genética Humana que incluye 260 horas lectivas de Antropología forense.

La Universidad de Valencia organiza un Master en Medicina Forense para médicos, biólogos y odontólogos que incluye una unidad de Antropología forense.


FORMACIÓN EN LE CUERPO DE MÉDICOS FORENSES

El temario de oposiciones al Cuerpo Nacional de Médicos Forenses incluye seis temas sobre identificación, tres de los cuales versan sobre Antropología forense.

El curso de formación inicial, realizado en el Centro de Estudios Jurídicos, una vez superada la oposición, ofrece un temario básico de 10 horas de seminarios en Antropología forense.

Por otra parte, dentro del programa de formación continuada para médicos forenses del Centro de Estudios Jurídicos, se ha venido ofertando irregularmente, desde el año 1997, un Curso Básico en Antropología Forense, con la asistencia del Prof. Douglas Ubelaker, de la Smithsonian Institution.

Investigación

El desarrollo de proyectos de investigación en este campo es relativamente pequeño en España, a lo que ha contribuido especialmente la carencia de colecciones contemporáneas de esqueletos, realizándose la mayoría de las investigaciones sobre colecciones arqueológicas, en el terreno de la Antropología física, con aplicación posterior a cuestiones de índole legal.

La mayor parte del trabajo de investigación que se lleva a cabo en los departamentos universitarios asociados al campo de la enseñanza de la Medicina legal y forense, suele asociarse con la formación de doctorado. Los principales centros de investigación en este campo son aquéllos que llevan a cabo estudios para la Administración de Justicia: universidades Complutense de Madrid, Granada, País Vasco, Valencia, Autónoma de Barcelona, Alicante y Zaragoza.

Las becas y ayudas estatales para la investigación en el campo de la Biomedicina no incluyen a la Medicina forense como área específica y mucho menos a la Antropología forense, por lo que los proyectos presentados habitualmente han de competir en áreas de investigación pura, con equipos muy poderosos, no teniendo prácticamente posibilidades de éxito.

Con estos antecedentes cabe imaginarse que el desarrollo de proyectos en esta área es realmente difícil y en muchas ocasiones éstos deben financiarse por los propios investigadores.

Por otra parte, se está produciendo un incremento en la investigación llevada a cabo en los recientemente creados Institutos de Medicina Legal, lo que se refleja en el número de trabajos científicas publicados en revistas nacionales e internacionales.

Publicaciones sobre Antropología forense en España.-

Tras la publicación del primer texto del profesor Reverte (1991 y 1999), se han publicado varias monografías sobre el tema tales como "Identificación Antropológica Policial y Forense" (Villalain y Puchalt 2000) y "Antropología Criminológica" (Rodes y Martí 2001).

Otras contribuciones importantes derivadas del campo de la antropología arqueológica incluyen los trabajos de Trancho y colaboradores (1997) y la base de datos bibliográfica sobre patología de restos esqueléticos elaborada por Etxeberría http://www.aranzadi-zientziak.org/old/antropologia/01t.htm).

PUBLICACIONES NACIONALES.

Entre los años 1992 a 2006 se publicaron un total de 17 artículos relativos a la Antropología forense (Agudo, Sancho y del Río 1998; Chiarri, Rodes y Martí 2003; del Río y Sánchez 1997; del Río, Sánchez y Prieto 2000, 2001; Etxeberría 1992; Etxeberria y Carnicero 1998; Miquel y Villalaín 1996; Prieto 1996; Prieto y Abenza 1998; Prieto et al. 2006; Ramírez et al. 2000; Reverte 1997; Rodes 2004; Rodes et al. 2004; Sánchez 1996, 1997) en las cuatro publicaciones relacionadas con la Medicina forense (Revista Española de Medicina Legal (http://www.anmf-reml.es/), Cuadernos de Medicina Forense (http://www.cuadernosdemedicinaforense.es), Boletín Galego de Medicina Legal e Forense y Revista Aragonesa de Ciencias Forenses) uno de ellos constituye un número monográfico que compendia los textos del curso básico para médicos forenses (Prieto y cols. 2001).

PUBLICACIONES INTERNACIONALES.

En el mismo periodo (1992-2006) se han publicado unos nueve artículos en las revistas más relevantes del ámbito forense (Bolaños y col. 2003; Garamendi 2005; Lorente y col. 2001; Martín de las Heras y col. 1999; Muñoz y col. 2001; Prieto, Magaña y Ubelaker 2004; Prieto y col. 2005; Trancho y col. 1997; Valenzuela y col. 2000).

Perspectivas de futuro

Parece evidente que la especialización en Antropología forense y la acreditación de profesionales y laboratorios es una necesidad, dada la falta de una titulación específica. Con el propósito de velar por el avance de la Antropología forense en Europa, contar con antropólogos adecuadamente formados y laboratorios cualificados, en el año 2003 se crea en Milán la Forensic Anthropology Society of Europe (FASE), bajo el patrocinio de la International Academy of Legal Medicine (IALM), de la que constituye su primera sección. Sin duda, FASE tiene un papel principal que jugar en la evolución de la Antropología forense en Europa. Entre otros, actuar como núcleo de encuentro y foro de discusión de los profesionales de la Antropología forense europea y elaborar recomendaciones para la unificación de criterios diagnósticos y de programas de formación, incluyendo el necesario desarrollo de una certificación europea, de manera similar a la que la American Academy of Forensic Sciences ofrece a los profesionales de los Estados Unidos y Canadá.

A pesar del camino recorrido, la Antropología forense es una disciplina en desarrollo en España, como se evidencia por el incremento de la demanda formativa y de los textos y artículos publicados, cada vez con mayor frecuencia en los últimos años. Reflejo de este interés creciente y también del grado de madurez alcanzado por la disciplina, es la reciente fundación de la Asociación Española de Antropología y Odontología Forense (AEAOF), que en el año 2008 celebró su primera reunión científica, que supuso un éxito rotundo con más de 100 inscritos.

Aunque indudablemente la Antropología forense necesita un impulso en nuestro país, es de esperar que el actual modelo organizativo de la Medicina forense, el progreso de los Institutos de Medicina Legal y una mayor vinculación a la Universidad fortaleciendo las áreas de formación e investigación, permitirán desarrollar el máximo potencial de la disciplina. En este proceso, FASE y AEAOF deberán jugar un papel protagonista y complementario.

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Dr. José Luis Prieto.
E-mail: prietoaf@med.ucm.es.


PRIETO, J.L. La Antropología Forense en España desde la perspectiva de la medicina forense. Cuadernos de Medicina Forense [online]. 2008, n.53-54, [citado 2009-10-21], pp. 189-200. ISSN 1135-7606.

Nuestro agradecimiento a José Luis por permitirnos reproducir su trabajo.

lunes, 19 de octubre de 2009

Una huella dactilar permite identificar un cuadro de Leonardo da Vinci


Se creía que era obra de un artista alemán anónimo del siglo XIX , pero una huella dactilar "casi inapreciable" descubierta en una esquina del retrato, parece confirmar que se trata de una tela de Leonardo da Vinci .

El cuadro en cuestión es "La Bella Principessa", una pequeño retrato de de la hija de un Duque milanés del siglo XV de tan sólo 33 x 23 centímetros , que se vendió por 19.000 dólares a un coleccionista suizo en una subasta en Nueva York en 1998 . Hoy en día según los expertos podría ahora alcanzar los 150.000 millones de dólares .

Según la revista TIME, dar con el descubrimiento no fue tarea fácil, sino que más bien parecía el resultado de un laborioso trabajo de investigación digno de Sherlock Holmes

“Capturar la huella nos llevó al menos dos horas y después tuvimos que estudiar más de 20 gigabytes de datos“, señaló Jean Penicaut, responsable de la empresa Lumière Technology, propietaria de la cámara multiespectral que captó la huella.

La prueba del carbono 14 permite confirmar que el pergamino estaría realizado entre 1440 y 1650 y los análisis con rayos infrarrojos de la técnica del artista podrían también determinar la autoría del retrato.

Según el canadiense Peter Paul Biro experto forense en arte , la huella dactilar correspondería a la punta del dedo índice en la parte superior izquierda y es "muy comparable" a la encontrada en un "San Jerónimo" del pintor renacentista italiano que se conserva en el Vaticano.


Alessandro Vezzosi, Director del "Museo Leonardo Da Vinci" en la ciudad italiana de Vinci ya vinculó esta pintura al artista en su obra "Leonardo Infinito (2008)" y declaró que : “Esta huella es la confirmación de que lo que creíamos era verdad. Al igual que en la escena de un crimen, en donde la suma de las distintas pistas encontradas nos llevan hasta una certeza razonable ”.

Martin Kemp, profesor de Historia del Arte de la Universidad de Oxford, está convencido, según informa el diario 'The Times', de que se trata de una obra de Da Vinci y acaba de terminar un libro (no publicado aún) sobre el hallazgo. Su primera reacción fue de incredulidad, pero poco a poco vio cómo se recomponían las figuras del rompecabezas.

La obra en cuestión se subastó con el título de "Joven de Perfil con Vestido del Renacimiento", pero Kemp la ha rebautizado como "La Bella Principessa" tras identificarla, 'por un proceso de eliminación', con Bianca Sforza, hija de Ludovico Sforza (1452-1508), duque de Milán, y de su amante Bernardina de Corradis.

Si es realmente de Leonardo, como sospecha Kemp, sería la única obra de Leonardo realizada sobre pergamino aunque, según ese experto, el pintor renacentista preguntó en 1494 al artista francés Jean Perréal acerca de la técnica del uso de tizas de colores sobre pergamino.

Kate Ganz una marchante neoyorquina propietaria de la Galería Ganz lo compró en 1998 por 17.000 dólares , y lo vendió en 2007 por la misma cantidad creyendo era una obra 'de un artista alemán que había estudiado en Italia, donde se había familiarizado con la obra de Leonardo'.

El actual propietario tenía una corazonada, y junto al coleccionista de arte canadiense Peter Silverman que había comprado la obra en su nombre, se pusieron manos a la obra en busca de posibles indicios que vinculasen el cuadro con Leonardo. Se centraron en localizar alguna pista que demostrara que el cuadro habría sido pintado por un zurdo (Da Vinci lo era) y exploraron las conexiones del artista con la hija del Duque de Milán.


Leonardo da Vinci es considerado uno de los pintores más grandes de todos los tiempos, y también el ser humano con la mayor variedad de talentos que jamás haya nacido. Si queda plenamente comprobado que "La Bella Principessa" es parte de su obra, sería la única que se conserva realizada con tizas de colores sobre pergamino.

Fuentes:

www.time.com
www.20minutos
.es
www.noticiasterra.es


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